sábado, 23 de agosto de 2008

Moving out


Ya casi estoy saliendo al apartamento en el que viviré, al menos, unos seis meses. Lo bueno de estar en una ciudad de USA es que siempre habrá migrantes, gente en constante movimiento, algunos llegando y otros ya regresando a su país o yendo a otro sitio. Cuando se vive en otro país, te provoca seguir viviendo la experiencia, pero ya en otro lugar. Yo no sé si regresaría a Perú luego de terminar los estudios, por ejemplo. Por un rato se me pasó por la cabeza la idea de vivir en México, tal vez por el gesto de ir al otro lado de la frontera, o porque es una ciudad muy parecida o más extrema que Lima, según me han contado. La cosa es que quisiera plantarme en un sitio donde mi carrera pueda trascender (en realidad, no sé si eso es posible tratándose de Literatura, ojalá si, de lo contrario me convertiré en una hippie o en una alcohólica, lo que venga primero).
Por estos días he estado yendo a moving sales de estudiantes que van de salida. Que venden a bajo precio muebles que compraron nuevos o que ya estaban usados. Cosas así rara vez se botan, o sea, desaparecen en el tacho de basura. La gente, como yo, aprovecha más bien y recoge de ahí escritorios o colchones. Me he vuelto uno de esos "gallinazos" o recicladores -como más sofisticadamente los llaman- que abundan en Lima. Por eso es que ya tengo un dresser y un colchón, que con mi bajo presupuesto no hubiera podido comprar en una de esas tiendas por departamento.

No hay comentarios: